Mi primer cumpleaños en Corea
Hola a todos,
Hoy celebro un año más de vida; ¡el tiempo pasa volando!
Recuerdo que hace un año nos dijeron que nos mudábamos a Seúl (debo confesar que sentíamos mariposas en el estómago). Sentíamos curiosidad por nuestro nuevo destino, sobre todo porque era inesperado. Y, al mismo tiempo, era emocionante, una nueva cultura en la que involucrarnos; COREA ¡guau!
Somos nómadas por naturaleza, y al recibir esta noticia pensamos: ¡estamos listos para el nuevo reto!
Llegamos el 22 de diciembre de 20, a -19 grados. ¡Estaba helado! Os podéis imaginar que casi nos morimos de frío y eso que nunca habíamos experimentado un tiempo así.
Mi primera salida (después de la cuarentena obligatoria) fue con un amigo que amablemente se ofreció a enseñarme el mercado de las flores. Me impresionó la variedad de colores y el tipo de plantas y flores que se podían encontrar.
Decidí que sería mi "lugar feliz".
Siempre que puedo, y mi trabajo me lo permite, me doy un tiempo para ir a ver y oler todas esas fragancias diferentes y disfrutar de su belleza.
Luego me enamoré de la cantidad de mercados que hay, ¡tanto por descubrir!
Darse cuenta de que la gente no habla inglés, en su mayoría, no fue un argumento para dejar de hacer cosas. Los jóvenes manejan aplicaciones de traducción, y te das cuenta de que la gente quiere ayudarte; ¡son amables!
Sin embargo, es bien sabido que cuando se quiere conocer a fondo una nueva cultura, hay que conocer a los lugareños. Por eso, es recomendable entender y leer su idioma (Hangul coreano, que es como se llama). Echa un vistazo a la foto.
Empecé a tomar clases de coreano, pero pronto me di cuenta, o más bien me reafirmé en algo: ¡no tengo talento para los idiomas! ¡Pero aun así no me rindo y espero volver a empezar...!
Ha sido un año lleno de muchos retos, en el que a veces he sentido que estaba en lo más bajo. Lo peor fue estar lejos de mis hijos.
Aprendí que todo está dentro de nosotros. Que no vale la pena perder la "paz interior", sino descubrir lo que nos recarga de energía. Hacer un poco más lo que nos gusta y darse un espacio cada día. Volver a la sencillez, en mi caso, salir a pasear por la naturaleza con una actitud positiva ¡me reconforta el alma! Depende de nosotros cómo queremos sentirnos y qué actitud ponemos ante las dificultades.
Estoy impaciente por seguir descubriendo este país, lleno de contrastes y colores vibrantes, deliciosos sabores (barbacoa coreana), Hanok (casas tradicionales) y elegantes y bellos trajes tradicionales (el Hanbok).
Estad atentos, porque compartiré mi viaje con vosotros.
Hoy quiero dar gracias a Dios por permitirme un año más de vida. No importa la edad que tengas, nunca pierdas la creatividad y el buen humor.
Preparados para la próxima!
Un abrazo,
Marcela